¿Qué se viene con el nuevo gobierno?

La victoria de Boric y su nuevo gobierno instala una imagen renovada de quienes hoy administran el poder en Chile. Bajo la imagen de rostros jóvenes, “rebeldes”, y rupturistas con los paradigmas de las administraciones anteriores, intentan mostrarnos que la forma de gobernar será mas ciudadana, amigable y cercana a la gente, con foco en sus necesidades y los “cambios” que el país anhela. ¿Pero qué tan real es eso?

Lejos de las expectativas de la gente, el nuevo gobierno solo viene a traer más de lo mismo, una concertación refundada, bajo el discurso de la democracia y la ciudadanía, pero que solo aspira a reproducir el sistema que día a día empeora las condiciones de nuestras vidas como pueblo: el capitalismo.

La moderación de su discurso, la búsqueda de acuerdos con otros sectores del bloque en el poder, la garantía a los empresarios de que este gobierno no pondrá en riesgo sus negocios, no son casualidad, tienen que ver con la práctica política misma del Frente Amplio y sus aliados, en su trayectoria tanto en su rol de dirigentes sociales, como en sus funciones parlamentarias o institucionales. Estos, son una fiel representación de los intereses de los ricos de este país, pero con rostro humano, puño en alto y pañuelo morado.

En este sentido, es indudable que el gobierno de Boric, estará marcado de simbolismos, como la decisión de colocar a una mujer a cargo del Ministerio de Interior, o de trasladar su residencia al barrio Yungay, lo cual no es más que una forma de mostrar empatía con su electorado, sobre todo con los sectores medios, quienes hoy ven reflejadas sus apuestas políticas en este gobierno.

Sin embargo, detrás de estos simbolismos, la cara real del gobierno será la de defender y asegurar la estabilidad social necesaria para relegitimar la democracia burguesa y mantener las condiciones que aseguren las ganancias del gran empresariado, que llamativamente, tras la revuelta y la pandemia han logrado aumentar significativamente, a costa, nuevamente, de la pobreza, el endeudamiento y la precariedad de nuestra clase.

Quienes hoy aún mantienen expectativas en este gobierno, pronto reconocerán el fracaso de dicha apuesta, que una vez más, justificada bajo el argumento del mal menor, ha demostrado que el progresismo no trae avances ni mejoras para la clase trabajadora, por el contrario, solo han impulsado políticas que (detrás de bonos y otras amalgamas) han profundizado la mercantilización de los derechos sociales, negando el acceso del pueblo a salud, educación y viviendas dignas, mientras que han fomentado el endeudamiento de las familias, dando rienda suelta a medidas que avalan y presionan a la flexibilización, subcontratación y precariedad laboral, junto al estancamiento de los salarios y el empobrecimiento del pueblo trabajador.

En definitiva, la victoria de Boric no es mas que la victoria del empresariado, y los sectores pequeñoburgueses, tecnócratas y profesionales, que han sacado tajada de la torta del capital. Pero es ante todo la victoria de un régimen “democrático” que solo le es útil a los ricos. Una “democracia” que nada tiene que ofrecernos como pueblo, mas que la eterna promesa de cambios que nunca llegarán por este camino. La democracia burguesa, solo les sirve a ellos, porque gobiernan para ellos, pero con nuestra aprobación.

Es por esto, que el camino para nosotros esta fuera de las urnas, esta fuera de sus instituciones, que agónicas, pues cada vez somos mas los que no creemos en ellas, intentan sobrevivir a costa nuestra, ya ni siquiera bajo la persuasión si no que directamente mediante la presión y el control (ejemplo de esto es el inminente cambio del voto voluntario a voto obligatorio).

El camino de la clase trabajadora es la construcción de su propia democracia, de sus propias organizaciones, y la lucha por sus propios intereses, en autonomía a todos los sectores burgueses, pequeño burgueses, progresistas y reaccionarios, que buscan utilizar la fuerza del pueblo para sus beneficios. Es en este contexto, que ante un nuevo gobierno que intentará comprarnos con migajas, solo nos queda responder con más fuerza, con más entrega, con más lucha y con más organización.

 

Porque la democracia de los ricos es la miseria de los pobres

A construir la democracia del pueblo para la revolución